La Comisión Europea ha revisado recientemente al alza la previsión de crecimiento del PIB de la economía española para 2019 en dos décimas, hasta el 2,3 %, en línea con las estimaciones de otros organismos internacionales. Parecen buenas noticias y seguramente se ajusten a los datos finales del ejercicio. Sin embargo, esta previsión esconde su lado oscuro. La dinámica de nuestra economía no vaticina buenos augurios.